Ciclo formado por 26.000 ciclos Tun que son 26.000 periodos de 360 días. El Tzolkin es de 260 días, de modo que el Ciclo Maya está compuesto por 36.000 Tzolkin.
También son 65 ciclos Baktun ó 1.300 ciclos Katun. En términos de años es un periodo de 25.626'83 años. Se inició 23.614 años antes de la era cristiana
y finaliza el año 2012 de la era cristiana, el 21 de diciembre.

martes, 18 de octubre de 2011

proporción 1,4 AÑO::TZOLKIN

En términos mayas, 260 días se denomina TZOLKIN, y lo que en la cultura occidentalizada se conoce como año de 365 días, se llama HAAB, ciclo anual de la Tierra.

La proporción entre el TZOLKIN y el HAAB/AÑO es de 1,4. Es decir que un año o HAAB es 1 TZOLKIN y 0,4 de otro. O dicho de otro modo, un TZOLKIN es el 71% del año/HAAB.

Esta relación propocional también la encontraremos a escalas de periodos mayores, como (lógicamente) el de la sincronización de ambos en 73 TZOLKIN (52 AÑOS):

73 TZOLKIN / 52 AÑOS = 1,4.

Sabemos que el año lo estructuramos en grupos de 7 días conocidos como "semanas" (palabra que procede del latín SEPTimana), así que el año (HAAB) contiene 52 semanas (13+13+13+13), de modo que 52 años (73 TZOLKIN) contienen un número de semanas que es el cuadrado de 52. Así, el ciclo de sincronización HAAB/TZOLKIN dura 2.722 semanas.

A una escala aún mayor, encontramos la proporción 1,4 en la relación entre el ciclo completo de los 4 grandes planetas del Sistema planetario del Sol, de 18.512 años (26.000 Tzolkin) y el ciclo de movimiento de bamboleo del Eje de rotación del planeta Tierra (que da lugar al llamado movimiento de precesión de los equinoccios), de 25.920 años (36.500 Tzolkin) que es el cuadrado de 161.

Igual que 260 (TZOLKIN) es el 71% de 365 (año/HAAB) la cifra 18.512 también es el 71% de una cifra mayor, y concretamente de 25.920, que como años es el ciclo del movimiento de Eje de rotación del planeta Tierra.

Así, tenemos que 1,4 es la misma relación proporcional entre 365 y 260 (año/HAAB y TZOLKIN) y entre 18.512 años y 25.920 años (Ciclo de los 4 grandes planetas y Ciclo de bamboleo del Eje de la Tierra).

365 / 260 = 1,4
25.920 / 18.512 = 1,4
(36.500 Tzolkin / 26.000 Tzolkin = 1,4)

Y si 5 HAAB/años sincronizan con 7 TZOLKIN, también 5 ciclos de bamboleo de la Tierra ocurren en el mismo tiempo que 7 ciclos de los cuatro grandes planetas.

5 x 25.920 años = 129.600 años.
(129.600 es el cuadrado de 360, es decir 360x360 ó (6x60)x(6x60))

7 x 18.512 años = 129.584 años
(La diferencia es de 16 años)

Pero prácticamente podemos decir que:

5 x 25.920 años = 7 x 18.512 años

Vienen a ser unos 182.000 Tzolkin. Nótese que la cifra 182.000 es fractal de 182, que como días es la mitad del año/HAAB.

100 Tzolkines = 26.000 días = 71.2 años

Que 260 sea el 71'2% del año (de 365) significa que 71'2 años son 26.000 días, 100 Tzolkin, lo cual es el periodo medio de supervivencia de una persona moderna. Desde que se inició la sofisticación de la medicina en la civilización moderna, la edad media de vida humana ha aumentado paralelamente a la población, lo cual no significa "evolución" ni es evolución de la conciencia, aunque a la vez tal situación antinatural crea las suficientes desvenjatas, dolores y sufrimientos que son necesarios para la mujer y el hombre despierten y desbloqueen la conciencia dual y evucione hacia la unidad, 4ª dimensión.

En nuestra sociedad nos vendemos y compramos la longevidad, pero no es juventud ni eternidad (lo cual no es comercializable) con el cebo de alcanzar "el centenario" o la centena de años. El múltiplo de 10 dedos de las manos lo vemos multiplicado cronológicamente por 10 en el deseo de alcanzar "el centenario" o incluso financieramente multiplicado por 100.000 con el deseo de alcanzar "el millonario".

Es evidente que 71'2 años no es el centenario en años (centena de años), pero sí lo es en términos Tzolkin: 100 Tzolkin, siendo 1 Tzolkin la base proporcional de la actual duración media de una persona (26.000 días). Y 260 es la duración del tiempo de gestación en la placenta, al menos desde la última menstruación de la mujer después de haber concebido. Durante 260 días en la placenta el organismo humano crece más que en 71 años después de salir de la placenta.

71 años son 71 órbitas del planeta al Sol durante los que la Tierra da 26.000 giros. También 260 x 100 años (365 x 100 Tzolkin) es un redondeo del tiempo que define el ciclo de bamboleo del Eje de rotación de la Tierra, que es la causa fundamental del ciclo de la precesión de los puntos equinocciales/solsticiales, y además en hipotética sincronidad con el periodo de una supuesta órbita del Sol(Sistema planetario) en torno a la superestrella Alción (teoría que tiene sus correspondientes argumentos que la descartarían).

El ciclo de 260 días no responde a algún ciclo de algún astro, pero sí es un patrón que conforma ciclos más amplios. La Luna cumple su ciclo metónico durante 26 Tzolkin de 260 días (18'6 años).

7.200 Tzolkines forman el Ciclo de la Cuenta Larga, la 5ª parte del Gran Ciclo maya y del movimiento de bamboleo del Eje de la Tierra. Y como un TUN es 7.200 días, el Ciclo de Cuenta Larga también es expresable como 260 TUN.

tzolkin


Es posible definir al Tzolkin de muchas formas y de hecho hay muchas definiciones más o menos abstractas y más o menos concretas.


Lo siguiente es algo que lógicamente nuestra mente convencional (y nosotros en la medida en que estemos identificados con ella) no comprende, pues la mente humana está tan limitada por los patrones de los propósitos del mundo moderno, y además puede ser la primera vez que lea acerca de ello. La complejidad sobre ello puede causarle igualmente profundo interés como total desinterés, depende de la persona. En las siguientes líneas expongo ideas y conceptos "extraños" para nuestra mente que se comentan en el libro "El Factor Maya" acerca del número 260 y del Tzolkin. Esas ideas vienen especialmente en los capítulos 3, 5 y 6 de El Factor Maya. Y otros comentarios son míos propios.

Según el libro "El Factor Maya" (FM), el número 260 es llamado "el código galáctico". Es el código del llamado Tzolkin o Módulo Armónico como teórico armonizador del cuerpo de luz del humano con el planeta, estrella, sistema solar(planetas) y galaxia. De ahí que en el libro también se maneje el concepto de sincronización galáctica como el fenómeno que supuestamente termine de ocurrir al final del Gran ciclo maya (21 DE DICIEMBRE DEL 2012 del calendario romano católico gregoriano). También se define al código galáctico como el banco de información radiante del programa planetario que forma el éter electromagnético de la cubierta planetaria exterior, o sea la parte superior de los dos cinturones de radiación que circundan la Tierra. Aquí nuestra mente convencional empieza a colisionar con conceptos que no conoce, como por ejemplo "cuerpo de luz".

Nuestra mente sí tiene concepto de "cuerpo físico", que es un cuerpo opaco no luminoso y esto lo comprobamos especialmente de noche, y por eso podríamos llamarlo "cuerpo de oscuridad" en contraste con el "cuerpo de luz". No es luminoso pero sí está iluminado durante el día por la luz del sol pues necesita iluminación desde una fuente externa, sea natural o sea artificial, y por eso proyecta sombra. Y ¿qué sería el "cuerpo de luz"? Según FM es el espectro de energía radiante y vibratoria que nuestra mente, sin conocerlo, llama "ADN", una infraestructura vibratoria paralela a la estructura molecular. Si nuestra mente fuera transparente, el cuerpo de luz irradiaría desde dentro hacia fuera el interior del organismo químico y del cuerpo físico y la dimensión espacial, pero nuestra mente actúa como un velo más o menos denso y oscuro que rodea a la bombilla y a la luz obstaculizando la irradiación. De hecho está más identificada con el DNI que con el DNA. Y según FM es ese "cuerpo de luz" lo que corresponde al espectro de energía radiante regido por el código del Tzolkin, el Módulo Armónico de los mayas, una matriz tejida como una tela de 260 componentes o símbolos que informan a nuestros sentidos y a nuestra mente con las claves informáticas necesarias para relacionarse y trabajar con ese mundo más grande que nos rodea. Las 260 pulsaciones tejidas por el Telar Maya dan origen a todo el campo resonante que experimentamos como realidad. 



¿Qué relación podría tener el código 260 con el propio cuerpo físico? 260 es el producto entre 13 y 20, el esqueleto humano está diseñado en base a 13 uniones fundamentales y tiene 20 dedos. La suma de 13 y 20 da 33, el número de vértebras de la columna que confiere la verticalidad al esqueleto aunque el desplazamiendo lo desarrollamos en horizontal siguiendo la planitud (2D) del suelo, y en el Espacio de 3 dimensiones, la 3ª dimensión es el eje vertical. También, tanto el Sol como el planeta operan con el mismo banco de información galáctica, y siempre que un cuerpo estelar, tal como nuestro Sol, empieza su curso evolutivo, está ya está marcado con el código galáctico de 260 unidades. Igualmente una teoría dice que los campos magnéticos polar y ecuatorial del Sol sincronizan cada 260 días.

Con todo esto, según FM, los mayas sabían que los humanos aún no estábamos en la etapa del dominio completo del cuerpo de luz, así que ellos presentaron el uso del Tzolkin como un instrumento para registrar el tiempo, pero sólo en una sola de sus dimensiones. Sin embargo, el calendario de 260 días sagrados es, sin embargo, la clave dejada por los mayas para abrir las otras dimensiones del Módulo.

En el capítulo 3 (como también en la novela "2012: La Profecía Maya") también se dice que lo que se encuentra registrado en los grandes monumentos de piedra y en algunos de los códices o manuscritos pintados es la habilidad de los mayas para expresar la relación entre la armonía galáctica y los ciclos anuales de la Tierra, la Luna y los demás planetas del Sistema solar. Esto realmente suena muy bonito, pero sin pruebas y evidencias se queda en un vacío revestido por un bonito y atractivo papel. Necesitaríamos por lo menos algún indicio de que eso puede ser cierto.

Explorando por curiosidad, como un hobbie, los ciclos de los planetas con el programa profesional de astronomía DISTANT SUNS V.4 de Virtual Reality Laboratories, 1996, hace 8 años encontré que el ciclo de los 4 grandes planetas Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno es de 18.512 años. En principio esta cifra que expresa órbitas de la Tierra no me pareció nada especial. Sólo unos días más tarde se me ocurrió convertirla a ciclos conocidos, de modo que es prácticamente 1000 ciclos metónicos de la Luna. Me pareció más curioso que trascendente. Y luego se me ocurrió seguir jugando y convertirlo a periodos de 260 días o Tzolkines. Así, 18.512 años convertidos a días son:

18.512 x 365,2422 = 6.761.363,6 días

Y ahora convertimos a periodos de 260 días (1 Tzolkin):

6.761.363,6 días / 260 días = 26.005 Tzolkin
(prácticamente 26.000, fractal del propio 260, el código galáctico!)

También podemos expresarlo como que 6.761.363,6 días es el CUADRADO de:

2.600,26 x 2.600,26
(no sólo el entero 2.600 sino los decimales 26 son armónicos de 260)

Y no queda aquí la cosa, pues así como 260 días (1 Tzolkin) es el 71% del año de 365 días, el número 18.512 años es el 71% de 25.920 que es el ciclo de bamboleo del eje del planeta Tierra (y también de la precesión de los equinoccios/solsticios).

Esto es lo que me llevó a interesarme de verdad por el Tzolkin y el Ciclo maya, y a cada momento más comprendo que es insospechadamente más complejo pero no menos interesante, como los fondos oceánicos o la exosfera de la atmósfera. Digamos que para la conciencia el Tzolkin y el Ciclo maya es como para nuestra moderna mente capitalizada el complejo pero atractivo entramado financiero, comercial y económico de la sociedad de cuyos múltiples factores todos somos expertos por un lado, y por otro somos ignorantes, pues siempre encontramos a otra persona que conoce otro factor diferente.

También podemos ver al Tzolkin espacialmente, es decir, como esa sección de órbita que recorre la Nave Agua y Tierra por el Espacio durante 260 días, lo cual también alberga sus secretos.


(Este mismo tramo es el que recorre la Nave Tierra 26.000 veces en 18.512 órbitas).

El Tzolkin es básicamente un ciclo o patrón de 260 días (cronológicamente), pero 260 días son físicamente 260 giros del planeta Tierra en el Espacio durante los que recorre el 71,2% de su órbita que es una determinada cantidad de millones de kms (casi el cuadrado de 26.000).

Si registramos la posición de la Tierra como punto de origen "O" y avanzamos al planeta Tierra de 260 en 260 días (de Tzolkin en Tzolkin) termina cerca del punto "O" tras 7 tramos de 260 días (7 Tzolkin) habiendo dado 5 órbitas - 5 días, que son 1.820 días. Es decir, llega a un punto que está unos 13 millones de kms (lo recorrido en 5 días) antes del punto "O".

http://asteromia.net/articulos/maya/maya-ciclo-tzolkin.html#cicloTzolkin

Con esos 7 puntos a los que llega el planeta Tierra cada 260 días se forma una estrella de 7 vértices, y esa diferencia final de 5 días significa que tal estrella heptagonal es dinámica y completa una vuelta entera al Sol en... 52 años (52 órbitas de la Tierra) ó 73 Tzolkin (73 tramos de 260 días). Es decir que 52 años ó 73 Tzolkin expresan el mismo tiempo en el que se sincronizan ambos patrones: el año de 365 días y el Tzolkin de 260 días. Este es el fundamento de los 52 años/73 Tzolkin del llamado siglo azteca o maya: el periodo de sincronización del año civil y del Tzolkin.

También durante el trazo de esa estrella de 7 vértices resulta un heptágono interior. Si trazamos un círculo inscrito en el heptágono resulta que el círculo grande que representa a la órbita de la Tierra es PHI veces mayor. Es decir que ambos círculos guardan la proporción de oro. Otra forma de decirlo es que si trazamos un círculo y luego otro exterior que es 1,62 (PHI) veces mayor y comenzamos a trazar líneas desde el perímetro del círculo grande que sean tangentes al círculo interior, regresamos al mismo punto tras 7 trazos habiendo creado una estrella de 7 vértices y un heptágono interior dentro del cual queda inscrito el círculo inicial.

Se suele representar al Tzolkin como una matriz de 260 dígitos distribuidos en 20 series del 1 al 13 dispuestas en 13 columnas y 20 filas.


Varias de las propiedades de esta matriz son:
- La columna central es la 7ª, pues el 7º elemento es el central de la serie de 13. Se le llama "Columna Mística".
- Los dos números centrales están en esa 7ª columna y en las filas 10ª y 11ª. Son los números 1 y 13 que suman 14 = 7+7.
- La suma de la columna central es 140, que es 7 x 20.
- La media de todas las columnas es 140.
- La curiosa distribución de las 20 series del 1 al 13 permite que cada fila suma 91, que es 7 x 13, pues aunque cada fila es serie de 13 números aparentemente diferente a las demás, realmente es la misma serie de números del 1 a 13 aunque en diferentes desórdenes. De hecho 91 es la suma de los 13 primeros números (sumatorio de 13): 13+12+11+10+9+8+7+6+5+4+3+2+1. Y 91 como días es 13 semanas que definen la duración de cada estación, un cuarto del año.
- El total de los 260 dígitos suma 1.820 (91 x 20). Y 1.820 es la misma cifra que los días de 5 años - 5 días. De hecho el número 1.820 es 7 x 260 ó 7 Tzolkin.

Así, el 7 viene a ser el número clave de la Matriz, y en la órbita de la Tierra el patrón de 260 días genera una estrella de 7 vértices y un heptágono.

http://asteromia.net/articulos/maya/maya-ciclo-tzolkin.html

viernes, 30 de septiembre de 2011

ciclo maya y ciclo horario/anual

Dado que conoces la estructura del ciclo horario que usamos a diario con sus segundos, minutos, horas, días y meses que forman el ciclo anual o AÑO, no puedes tener dificultad en comprender la estructura del ciclo maya. El fundamento de ambos ciclos es el mismo: ciclos anidados compuestos por subciclos.

La única diferencia es la medida de los subciclos del ciclo horario y de los del ciclo maya. Así, mientras la unidad básica del ciclo horario es el segundo, la del ciclo maya es el KIN o día (=86.400 segundos). Y mientras los ciclos del horario se basan en el número 6 y su múltiplo 60, los del ciclo maya se basan en el número 20 y en el 13.

Por ciclo se entiende lo que llamamos "minuto" que está formado por 60 segundos (1 vuelta o CICLO de la rueda interna que mueve a la aguja de los segundos). Y los demás ciclos son "hora", "día", "mes" que forman el AÑO. Pues en eso se basan también los ciclos mayas uinal, tun, katun, baktun y cuenta larga.

De esta forma podemos ver ambos ciclos paralelamente.

60 segundos forman el primer ciclo MINUTO.
20 Kines (20 días) forman el primer ciclo UINAL.

60 minutos forman el siguiente ciclo HORA.
18 Uinales (20 x 18 días = 360 días) forman el siguiente ciclo TUN.

24 horas forman el siguiente ciclo DÍA.
20 Tunes (20 x 360 días = 7.200 días = 19.7 años) forman el siguiente ciclo KATUN.

30 días forman el siguiente ciclo MES.
20 Katunes (20 x 7200 días = 144.000 días = 394 años) forman el siguiente ciclo BAKTUN.

12 meses forman el siguiente ciclo AÑO.
13 Baktunes (13 x 144.000 días = 5.125 años) forman el siguiente ciclo CUENTA LARGA o GRAN CICLO.

Y ya, más allá del AÑO o número 365 que es un número natural establecido por la naturaleza, en la cronología lineal no existe un número que establezca un ciclo mayor de años que finalice y se reinicie, pero en el ciclo maya sí lo hay. Ese número es el 5, pues 5 Cuentas Largas forman el Ciclo maya completo (25.625 años) que, a su vez, sólo es un subciclo de otro ciclo mayor, y así sucesiva e indefinidamente.

Para tener cierta idea de los periodos del ciclo maya a escala del AÑO, que es un periodo del cual sí tenemos conciencia, podemos proyectar la sencilla estructura del Ciclo Maya de 5 Cuentas Largas en el Año terrestre. Así, el año dividido en 5 partes da a 73 días cada una.

Y como cada Cuenta Larga consta de 13 partes o Baktunes, así 73 días divididos en 13 partes da a 5.6 días cada una. Es decir, un Baktun de 394 años del Gran Ciclo Maya viene a ser la correspondencia a 5.6 días del Año Terrestre.

O el ciclo TUN de 360 días equivaldría en el año terrestre a 20 minutos.

Y 3,333333 segundos de 1 AÑO es la correspondencia con 1 KIN (día) del ciclo maya de 25.625 años!!

Así visto, qué rápido se pasan... los ciclos mayas!

ciclo maya y año terrestre

Podemos considerarlo como un Año de mayor dimensión determinado por el bamboleo del Eje del planeta Tierra. Es de mayor dimensión que el año que conocemos, que está determinado por la traslación circular en órbita.

Es fácil pensar que ninguna persona como ser individual ha vivido un ciclo de bamboleo del planeta o un gran Ciclo maya, pero es porque nuestra mente no concibe que algún ser humano sí lo haya hecho. Lo que también es cierto que que, aplicando la teoría holística, cada humano (chispa de la Humanidad) en el fondo es el propio conjunto, la Humanidad, y de hecho la Humanidad sí ha vivido ya por lo menos un ciclo de bamboleo de la Madre Tierra. Es decir, que la Humanidad ha experimentado la continuidad de tal ciclo, igual que cualquier individuo conoce la continuidad del ciclo rotatorio (día) y del de traslación (órbita, año). Así, el ciclo de bamboleo es el siguiente ciclo continuo, si bien la mente lineal lo desconoce además de estar educada para sobrevivir "x" años de un "tiempo lineal" o "línea temporal" que se quiebra en un punto llamado "muerte" y que está lejísimos de ese siguiente ciclo continuo. Y no es cuestión de que ese individuo sobreviva 25.920 años sino de que su conciencia evolucione a la conciencia de conjunto, conciencia de unidad, y no sólo de "Humana Unidad / Humanidad" sino con el propio Ser planetario, la Madre Tierra, pues si bien cada persona es hija de una madre humana diferente a la del resto, todo "terráqueo" es hijo de la Madre TIERRA.

La sencilla estructura del Ciclo Maya de 5 partes o Cuentas Largas podemos proyectarla en el Año terrestre, de modo que el año dividido en 5 partes da a 73 días cada una.

Y como cada Cuenta Larga consta de 13 partes o Baktuns, así 73 días divididos en 13 partes da a 5,6 días cada una. Es la forma de tener idea de los periodos del ciclo maya a escala del año que conocemos. Y podemos seguir hallando periodos más cortos según la estructura de los ciclos mayas: Baktun de 20 Katunes, Katun de 20 Tunes, Tun de 18 Uinales, Uinal de 20 kines.

Así, un Baktun de 394 años del Gran Ciclo Maya viene a ser el fractal de 5.6 días del Año Terrestre.

el ciclo maya

El Gran Ciclo Maya (GCM) que termina y reinicia el 21 DE DICIEMBRE DE 2012, tiene una duración de 25.625 años y se estructura en 5 subciclos llamados CUENTA LARGA (CL).



Cada CL dura 5.125 años y tiene su propia estructura en 13 ciclos llamados BAKTUN, cada uno de 394 años. Por tanto, el GCM consta de 5 x 13 = 65 Baktunes.

Mientras la era Hebrea comenzó hacia el Baktun 12 de la 4ª CL, la era cristiana viene transcurriendo durante el 5º ciclo de CL, desde finales de su Baktun 7 (o 8º Baktun) hasta finales del Baktun 12 (o 13º), y por tanto el año 5772 de la era Hebrea y el 2012 de la era Cristiana ocurren en el final del GCM.



Este esquema nos permite ampliar enormemente nuestra cosmovisión, la percepción del tiempo y la historia identificando en tal círculo sucesos (reales o míticos) de diversa naturaleza (como por ejemplo alineaciones planetarias propias del Sistema solar, que es el espacio y tiempo en que evoluciona el planeta Agua y Tierra, o visitas del cometa Halley) y asociarlos con sucesos ocurridos en el propio planeta Tierra, y no sólo fenómenos naturales registrados (erupciones volcánicas, por ejemplo) o también míticos (léase Caída de la Atlántida o Diluvio "universal") con los acontecimientos escritos y "firmados" por la propia humanidad en el libro de la Historia durante sus diversos tiempos lineales limitados llamados "imperios". La "historia lineal" que conocemos como eso que sigue a una "pre-historia" es sólo la que ha interesado al sistema cultural educativo de la sociedad moderna, y de hecho lo que llamamos "prehistoria" forma parte de una muchísimo más amplia "Historia de la Tierra y de la Humanidad" en la que entra su relación directa con los demás planetas, las estrellas y acontecimientos cósmicos. Por ejemplo, y considerándolo aún como una hipótesis, podemos recrear una cronología de las regulares visitas del hipotético planeta Nibiru al Sistema solar cad 3.600 años, según los datos del libro "Cosmología Pleyadiana".



Dado que la estructura del GCM es sincrónica al movimiento de bamboleo del Eje de rotación del planeta y al llamado movimiento de precesión de los equinoccios y solsticios, con sus Meses zodiacales/equinocciales de 2.160 años cada uno), y a la supuesta órbita del Sol (Sistema planetario) en torno a otro centro más masivo, podemos ver esa misma estructura maya observando al planeta Tierra desde abajo (viendo el hemisferio sur) trazando su Círculo del Tiempo de 26.000 años con el extremo norte de su Eje de rotación. Así también tenemos una visión de las estrellas y su relación con la Historia de la Tierra y de la humanidad. De hecho, podemos saber que cuando el eje de rotación apuntaba a la estrella Thuban corría el inicio de la actual 5a Cuenta Larga. Vemos que un reloj es semejante a esto:



A partir de esta visión general podemos reducir la escala a ciclos más pequeños (cuenta larga, baktun, katun, tun...), identificar acontecimientos e ir asociándolos o relacionándolos y recrear un puzzle para intenar comprobar o descartar algún sentido al famoso Final del Calendario o Ciclo Maya que, a falta de información, es lógico que una especie que no ha explorado ni encontrado tal información, asocie a "fin del mundo" con un matiz catastrofista, es decir reactivo, NO CREATIVO. Por otro lado, un final significa un principio, como el final de una gestación en el agua de una placenta significa el comienzo de una vida en otro ambiente: en el aire de otra placenta (atmósfera) de otra Madre (Tierra).

los ciclos como ondas


Conociendo mínimamente los ciclos orbitales de los planetas o los que conforman entre sí, los ciclos mayas no definen ningún ciclo de ningún astro, ni siquiera del planeta Tierra. En tanto que los ciclos mayas expresan periodos no basados en el año terrestre o tan largos periodos de tiempo y están íntimamente relacionados con la Galaxia y su Núcleo fuente de la Energía cósmica, es posible y deducible que describan longitudes de onda de esas energías y que sean de proporciones mucho mayores a las ondas de radio "captadas" por el hombre a través de "sensibles" máquinas como radios y radio-telescopios. Tales ondas son sonoras y por eso  las escuchamos a través de un aparato de radio, mientras que las ondas que percibimos directamente a través del cerebro son sonoras y luminosas: sonido y luz o "audio y vídeo". Los aparatos de recepción de ondas de radio captan longitudes desde 1 milímetro hasta 100 mil kilómetros.

Toda onda tiene una longitud mensurable llamada "longitud de onda". Los científicos de la ciencia Física, mediante los correspondientes aparatos, pueden medir las ondas electromagnéticas que el cerebro percibe como impresiones imaginarias que nosotros llamamos "colores", y han hallado que tienen un ancho entre 400 nanómetros (nm = mil millonésima parte de 1 metro) como la luz violeta, y 700 nanómetros como la luz roja.

Las ondas sonoras que el cerebro humano puede percibir miden entre 2 cms y 17 metros. Las ondas de radio pueden llegar a tener cientos de kms de longitud. Pues bien, la longitud de onda del ciclo maya más corto (UINAL) sería incomparablemente mayor, de millones de kms.

Los ciclos mayas traducidos en kines/días y años son:
- UINAL: 20 kines/días
- TUN: 18 Uinales = 360 kines
- KATUN: 20 Tunes = 7.200 kines (19.7 años)
- BAKTUN: 20 Katunes = 400 Tunes = 144.000 kines (394.2 años)
- Gran Ciclo o Cuenta Larga: 13 Baktunes = 260 Katunes = 5200 Tunes = 1.872.000 kines (5.125 años).

Es posible que los mayas, al expresar los ciclos en kines (días) se referían al ancho de esas ondas galácticas de modo que podrían haber conocido sus longitudes y les dieron un nombre identificativo y descriptivo. (Es como llamar "minuto" a "60 segundos" o "hora" a "60 minutos"). Tales ciclos se expresan en días, que es una unidad de tiempo, aunque realmente se refieren a espacio, distancia medible en millones de kms. Lo mismo ocurre con el concepto "año luz", que teniendo nombre de unidad de tiempo (año) mide una distancia  de billones de kms (la que la luz recorre en 1 año, equivalente a 800 sistemas solares). Así, los ciclos mayas describirían las longitudes de las Ondas/Olas Gigantes del Océano que es la Galaxia, que es un gran Remolino que emite energía resonante desde su Núcleo/Centro/Corazón, y esa energía tiene una determinada estructura de diferentes frecuencias simultáneas que ocupan el mismo espacio, como diferentes voces de distinta frecuencia que resuenan en armonía, y tales voces tienen unas cualidades y atributos determinados que influyen en el ánimo. Así tales ondas influirían en la conciencia, en este caso de la especie humana que habita un planeta de una estrella que, como una nave/faro, atraviesa esas olas galácticas.

La longitud de estas ondas es tal que su ambiente es el espacio interestelar, el mismo por el que se traslada el Sol/Sistema planetario atravesando las ondas/olas desde el punto en que comienzan hasta el punto en que terminan mientras el planeta Tierra cumple un número determinado de días (kines) y, si es el caso, de órbitas al Sol, y este número es el que define el periodo del ciclo maya que identifica a la longitud de la onda. La onda/ciclo más pequeña se llama UINAL y está asociada a 20 días. Hipotéticamente los mayas habrían percibido los puntos inicial y final de las ondas (como la más corta Uinal), y que durante la travesía del Sol entre el punto inicial hasta su punto final transcurrían 20 días, y en esa distancia cabe un número determinado de millones de kms. Así, conociendo la velocidad de traslación del Sol (kilómetros que recorre a cada segundo), podríamos conocer la longitud de la onda o ciclo UINAL, y por tanto del resto de ondas expresadas por los ciclos mayas. De este modo, 20 días no expresa tanto un ciclo del Sol sino el periodo que tardaría el Sol en recorrer el ancho de una onda Uinal.

Esta es una percepción no sólo cronológica sino también espacial, es decir, espacial y temporal simultáneamente: espaciotemporal. Así, la longitud de la onda UINAL equivaldría a la distancia que recorre el Sol/Sistema planetario durante 20 días, es decir, mientras la Tierra cumple 20 días (otra cosa es la cantidad de millones de kilómetros que la Nave Tierra recorre en 20 días, que es una cifra menor). Los astrofísicos han calculado que el Sol se desplaza 216 kms a cada segundo. Si concedemos crédito provisional a esta cifra y hacemos un sencillo cálculo vemos que en 20 días el Sol se desplaza unos 373 millones de kms, lo cual es un poco más que el diámetro de la órbita de la Tierra.

373.248.000 (distancia recorrida por el Sol en 20 días) / 300.000.000 kms (diámetro órbita Tierra) / = 1,24

(373 millones de kms son 373 mil millones de metros, es decir que el metro sería la 373 mil millonésima parte de la onda UINAL. Como vemos, la proporción entre la onda UINAL y el metro es 373 veces mayor que entre el nanómetro y el propio metro. Es decir, al tratar con la onda UINAL, el metro se queda como algo mucho más microscópico que el propio nanómetro respecto al metro).

Así, la longitud de onda UINAL sería 1,24 veces el diámetro de la órbita de la Tierra. Estamos creando una unidad de medida cósmica llamada "Uinal" de manera que el diámetro de la órbita de la Tierra equivale a 0,8 Uinales. La onda Uinal aún sería mucho más pequeña que la propia región espacial "ocupada" por las órbitas del sistema planetario del Sol, de modo que podemos describirla como "interplanetaria". De hecho, como el diámetro del Sistema solar viene a ser de unos 11 mil 800 millones de kms, en él caben 31.6 ondas Uinal.

También podemos usar la unidad "año-luz" para medir las ondas descritas por los ciclos mayas. Teniendo en cuenta que el diámetro del Sistema solar sólo equivale a... la 801ª parte de la distancia que recorre la luz en 1 año, la onda UINAL es muy pequeña. De hecho, podríamos decir que 1 año luz es otra onda cuya longitud equivale a unas 25.300 ondas UINAL (proporcional a 25,3 kms de 25.300 metros). A su vez, dado que la Onda más amplia (CUENTA LARGA o GRAN CICLO) se compone de 93.600 ondas UINAL, tendríamos que la longitud de la onda CUENTA LARGA mediría 3.7 años luz.

Así, el punto de entrada del Sol/sistema planetario (y del planeta Tierra, y de la Humanidad) en una onda corresponde a un momento de la Historia humana, y dado que la humanidad ha creado varias culturas cada una con su calendario, tales momentos son codificables con fechas en diferentes formatos. En el caso de la Gran Onda o Gran Ciclo CUENTA LARGA, el momento de la Era Hebrea que corresponde al punto de entrada del Sol en la Onda es el año 647 de la Era Hebrea (3.113 AC), un momento en que la humanidad aún no tenía conciencia de la remota (en el futuro) "era cristiana", pues de hecho empezaría 3.113 años después. Desde entonces el Sol/Sistema solar recorrería la longitud de Onda CUENTA LARGA (y de las demás longitudes de ondas/ciclos más pequeños: 13 ondas Baktun, 260 ondas Katun, 5200 ondas Tun y 93.600 ondas Uinal) por el espacio interestelar durante 5.125 años, es decir, mientras la Nave Tierra daba 5.125 órbitas al Sol hasta el año 5.772 de la Era Hebrea, coincidente con el año 2012 de la era cristiana cuyo día 21 de diciembre se señala teóricamente como el momento "exacto" de llegada del Sol/Sistema planetario al punto final de la Gran Onda/Ciclo CUENTA LARGA, y también coincidiendo - teóricamente- con la entrada en la llamada "banda de fotones".
http://www.gabitogrupos.com/asteromia/template.php?nm=1298580500 )

La longitud de onda de la Gran Onda CUENTA LARGA también se denomina "Rayo de Sincronización Galáctica", que podemos interpretar metafóricamente como los minutos previos a un concierto en los que los músicos de la orquesta afinan sus instrumentos o se sincronizan individualmente con ellos antes de sincronizarse colectivamente en sintonía y armonía con todos, es decir, la sincronización con la "galaxia" que es la orquesta. Y precisamente durante los minutos de afinación individual, el conjunto desafina colectivamente.

En esta imagen podemos ver una representación en detalle del 13er Ciclo BAKTUN como una Onda (azul) compuesta por 20 ondas KATUN (rojas) y que abarca la 13ª parte de la Gran Onda CUENTA LARGA (verde).

Las demás ondas/ciclos más pequeñas no las percibimos a esta escala, aunque cada onda Katun se compone de 20 ondas TUN, y cada onda Tun se compone de 18 ondas Uinal.

Y aún habrían ondas mayores que la Gran Onda. La base de los ciclos es el número 20:

UINAL = 20
TUN = 20 x 18 = 360
KATUN = 20 x 360 = 7.200
BAKTUN = 20 x 7.200 = 144.000
PIKTUN = 20 x 144.000 = 2.880.000
KALABTUN = 20 x 2.880.000 = 57.600.000

Los números 18, 360, 7.200, 144.000, etc tienen en común que sus dígitos sumados son reducibles a 9, y por tanto son múltiplos de 9 (nueve son los señores del tiempo de la cosmología maya, y podrían representar a los 9 planetas).

18 = 9 x 2
360 = 9 x 40
7.200 = 9 x 800
144.000 = 9 x 16.000
2.880.000 = 9 x 320.000
57.600.000 = 9 x 6.400.000

Y el siguiente factor expresa la progresión en potencias de 2 y en potencias de 10:

2 = 2^1
40 = 2^2 x 10^1
800 = 2^3 x 10^2
16.000 = 2^4 x 10^3
320.000 = 2^5 x 10^4
6.400.000 = 2^6 x 10^5

Así, las fórmulas que expresan la proporción y progresión de los ciclos mayas quedan así:


   UINAL = 20
     TUN = 20 x 9 x 2^1
   KATUN = 20 x 9 x 2^2 x 10^1
  BAKTUN = 20 x 9 x 2^3 x 10^2
  PIKTUN = 20 x 9 x 2^4 x 10^3
KALABTUN = 20 x 9 x 2^5 x 10^4


Resumiendo y reflexionando personal e impersonalmente, los ciclos mayas vendrían a describir ondas que están más allá no sólo de la capacidad de percepción del cerebro humano (como vibración visible y audible, luz y sonido) sino de las propias máquinas detectoras y transmisoras de las largas ondas de radio. Nosotros, con la limitación del intelecto, ya no seríamos capaces de simular nuestra evolución haciendo "evolucionar" (o sofisticando) a las máquinas para que percibieran ondas mayores, y así ya no tendríamos la "autoridad científica" (la máquina, la "ciencia" en forma de máquina) con la que demostrarnos nuestra "evolución", de modo que sólo nos queda... la conciencia como genuino instrumento perceptivo de la realidad, la misma conciencia con la que cada persona se demuestra a sí mism@ su propia realidad, aunque no crea las demás ni las demás le crean. Estos aparatos son complementarios a un cerebro humano que no tiene por qué ser "incapaz de percibir más" por naturaleza sino que simplemente está saturado por redundancia o ruido formado por una "valiosa" información "basura" necesaria para la supervivencia de un mundo comercial que incluye la venta de ideas e ideologías, además de que la mente sea también una memoria contenedora de miedos y culpas, obstáculos para una percepción y experiencia transparente y sin límites (evolutiva) de la realidad. Tales ondas de tales longitudes conformarían otra dimensión de la realidad que para ser percibida requiere de una conciencia libre de obstáculos (miedos, culpas y conflictos propios de la dualidad moral) y de un cerebro no más evolucionado sino también libre de saturación/anestesia ideológica alguna. La saturación es normal en una mente íntimamente relacionada con un mundo que depende de objetos funcionales hechos de densa materia formada por ondas de corta longitud, como las de este ordenador o como la ropa con la que hemos vestido al cuerpo, o como el propio cuerpo que tanto necesitamos con sus manos para manejar esos objetos como son todas las útiles (e inútiles) prótesis tecnológicas a las que hemos conferido la condición de "valedoras" de algo que llamamos "ciencia y progreso" aunque tanto hemos ligado a lo comercial y tanto hemos basado en el intelecto como poco en la conciencia. Las ondas que el cerebro humano, aún saturado, capta son muy largas para otros seres diminutos con los que convivimos y por eso para esos seres esos objetos no tienen funcionalidad ni utilidad ninguna: no los perciben; un perro, el animal no racional más cercano al hombre (animal racional e irracional) sí puede percibir algo que nosotros llamamos "ordenador" pero él no lo llama de ninguna forma y no sabe qué es porque no lo necesita. Así nuestro intelecto es diminuto en la inmensidad de ondas mayores imperceptibles por el cerebro y por una conciencia saturada y anestesiada y por eso sanable (con amor) y potencialmente transparente. La evolución a una dimensión de la realidad de ondas de energía más largas viene a ser como si fuéramos ciegos y sordos y recuperáramos la vista y el oído, o como si nos diéramos cuenta de que no lo somos sino que simplemente teníamos una venda en los ojos y unos tapones en las orejas y nos las quitáramos, o como si espontáneamente alguna tan dura como sabia experiencia nos agitase y nos desplegase una antena que teníamos cerrada y de la cual nos habíamos olvidado.




Ver también:
http://asteromia.blogspot.com/2011/07/los-ciclos-mayas-como-ruedas.html